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Sociedad

Horror en Hurlingham: vacunas vencidas, coimas y cirugías falsas en la clínica veterinaria municipal

5 septiembre, 2025

Una ex trabajadora destapó un escándalo sanitario y político. Animales inyectados con aire, vacunas vencidas, castraciones simuladas y turnos que se venden como en un mercado negro. El personal veterinario denuncia maltrato, sueldos de miseria y favoritismos para funcionarios de La Cámpora.

La clínica veterinaria municipal de Hurlingham está bajo fuego. Lo que debería ser un espacio de atención y cuidado de las mascotas se transformó, según denuncias internas, en un foco de corrupción, maltrato y prácticas que ponen en riesgo la vida de los animales.

Vacunas vencidas y un perro inyectado con aire

El testimonio es contundente.
 “Se aplican vacunas vencidas todos los días. Llegan con las fechas borradas o con etiquetas pegadas encima, incluso las antirrábicas. Una vez, vi cómo le inyectaban aire a un perro porque no había dosis disponibles”, relató una ex trabajadora, que pidió mantenerse en el anonimato.

Castraciones que son una farsa

La situación con las cirugías es aún más grave.
 “Más de una vez les hacen una simple cicatriz a los animales y los devuelven enteros. Los dueños creen que sus perros y gatos están castrados, pero no lo están. Es un engaño”, sostuvo la denunciante.

Coimas para conseguir un turno

La corrupción es parte del sistema. Según el testimonio, conseguir atención sin pagar resulta casi imposible.
 “Si no ponés plata, esperás. Pero si sos de La Cámpora, te atienden en seguida. Sus mascotas pasan siempre primero”, aseguró.

Maltrato y sueldos de hambre

El escándalo no solo golpea a los animales. El personal veterinario también sufre condiciones indignas.
 “Trabajamos con sueldos miserables y sin insumos básicos. No hay guantes, no hay jeringas, a veces ni agua. Nos maltratan y nos exigen milagros. El costo lo pagan las mascotas… y nosotros”, dijo la ex empleada.

Otros profesionales consultados confirman lo mismo: la rotación del personal es constante porque nadie soporta las presiones y el maltrato.

Veterinarias privadas en pie de guerra

El escándalo ya no se limita a la clínica municipal. Varias veterinarias privadas de Hurlingham manifestaron su indignación y aseguran estar en pie de guerra.
 “Esto nos afecta a todos. Los vecinos pierden la confianza en la atención veterinaria en general. Y mientras tanto, los animales quedan expuestos. Puede generar un problema sanitario importante”, advirtió una profesional local.

El malestar crece entre quienes trabajan en el sector: acusan al municipio de desprestigiar la profesión con un servicio que funciona a medias y que, según ellos, solo sirve de vidriera política.

El escándalo que el gobierno quiere tapar

La denuncia sacude a la política local. Según distintas fuentes, el caso está siendo contenido para que no estalle en plena campaña electoral. El silencio oficial es absoluto.

Pero en Hurlingham la indignación crece. Los vecinos, que confiaron en la clínica para vacunar y castrar a sus animales, ahora temen que todo haya sido una farsa.

Un escándalo que mezcla negligencia sanitaria, corrupción política y maltrato laboral, y que amenaza con transformarse en una bomba de tiempo para las autoridades.